La importancia de la figura paterna en la educación de los hijos
Si hay una figura central en toda la familia esa es la de la madre. Pese a los avances hacia la igualdad, siguen siendo la figura que estructura la vida familiar y la que se encarga de tomar las decisiones más importantes sobre la crianza de los niños.
Por su especial implicación durante los primeros años de vida de los pequeños y su mayor enfoque hacia el cuidado, las madres suelen tener un papel central en la familia y en ocasiones pueden incluso llegar a desplazar al padre. Sin embargo, desde la ONU han recalcado recientemente la importancia de la figura paterna.
En este sentido, el “Informe TFW 2015 La importancia de la figura paterna en la educación de los hijos: estabilidad familiar y desarrollo social” elaborado por la profesora de la Universidad Carlos III de Madrid, María Calvo Charro, para la el Instituto Internacional de Estudios sobre la Familia apunta a una crisis de paternidad por la ausencia del padre. En ocasiones esta falta es física y en otras, psicológica. Es decir, que aunque el padre está presente, no ejerce su función.
En estos casos termina prevaleciendo un matriarcado social y educativo que perjudica el correcto equilibrio de los pequeños. De hecho, cuando esto ocurre se favorecen personalidades más individualistas pues la función materna por lo general no consigue limitar los deseos de omnipotencia del niño. Esto ocurre porque el rol tradicional del padre, la función paterna, pasa por ser el limitador que frustra los deseos del niño.
El estudio apunta que en la actualidad el modelo imperante es el de un padre que sólo es valorado y aceptado en la medida que es una especie de segunda madre, y que cada vez más mujeres recriminan al hombre no cuidar a los niños como ellas lo hacen. Al final, los hijos captan estas críticas, no terminan de entender el rol del padre y acaban perdiéndoles el respeto.
Existe además una relación entre violencia de los niños y la ausencia del padre, ya que si este no juega su papel de separador se produce una enorme e insana interdependencia mutua entre madre e hijo.
Y más allá del informe, hay elementos en los que la función paterna es clave. Y es que la figura paterna tiende a interactuar de forma más dinámica y activa con los pequeños, lo que les ayuda a explorar y emprender más allá del cuidado de la madre. Esto ayuda al pequeño a enfrentarse a situaciones de estrés y familiarizarse con ellas